Eran las 6:43 am de un martes cuando lo vi por primera vez,
cruzando la calle de mi universidad, alguien singular, todo en él era
diferente, sus ojos cafés y su impregnante mirada que me hizo volver a verlo
mientras caminaba, esa mirada que sola me decía su interés por la vida, estaba
fuera de lo cotidiano, con un poco de tristeza y algo de aburrimiento, sin duda, también contenida de mucha pasión, locura y bohemia, esto lo reflejaba con una
ligera pero coqueta sonrisa, la cual, comentaba un poco de cuan solitario y
apasionado podría ser, de pequeña y respingona nariz, combinda muy bien
con su piel canela, me atrajo su vestimenta, algo singular para la monotonía de
la sociedad actual, y en especial la de nuestro país, era algo desalineada pero
muy bien combinada, denotaba que le importaba su vestimenta y que esta refleja
su personalidad , llevaba una camiseta
blanca con imagen en tono sepia de un automóvil clásico, un jean azul, muy azul
y ceñido al cuerpo , unos botines desert en color vino
obscuro, estaba acompañado de una bella cazadora capucha vigore, también llevaba una bufanda que iba muy bien combinada con su jean, y una
singular bandolera hebilla, y para que
todo esto tenga un sentido más bohemio, su cabello castaño obscuro lo lleva
desalineado con un corte donde estaba muy rebajado a los lados y en medio más
largo peinado como un “niño bonito”; ¿pero por qué me fijé tanto en él?, su
mirada, su singularidad al momento de caminar, su manera de sonreír, como él
llega y el ambiente cambia, es algo que describe a un hombre con una mirada que
observa más allá de lo que un simple ojo común puede ver.
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